No se pueden quejar las ratas del trato recibido en democracia. Mientras que en otros lares se optó por erradicar la plaga y ya no tienen de que preocuparse, en España, 35 años después de la muerte de la rata más grande de todas, sus crías siguen mordisqueando el estado de derecho como antaño, al más puro estilo franquista. En el empeño de mirar hacia otro lado, se nos ha olvidado tirar la basura y la mierda ya sube por las paredes y empieza a amenazar el techo. Ahora, además, con la ayuda de un sistema todavía en blanco y negro, y la connivencia de un grupo de jueces revanchistas, las ratas han salido de las cloacas para mandar al exilio al único juez que en tres décadas de democracia ha tenido las agallas de mentarles al papá. Garzón se marcha allí donde le quieren, donde la justicia no contempla leyes de amnistía, ni los crímenes se perdonan por el "bien general". Y con él se va una parte de nuestro rédito democrático, que tanto esfuerzo ha llevado conseguir. Paradójicamente el día que se muere Antonio Ozores, renace la España de metro sesenta que se queda embobada mirando a las suecas en la playa.
Al menos, en el horizonte del exilio queda la justicia internacional, que le ha tendido la mano al juez que les dio renombre con el caso Pinochet, y la posibilidad de ocupar dentro de unos meses la Fiscalía General de La Haya. Desde allí, puede que algún día vuelve a verse las caras con el franquismo y para entonces las ratas ya no podrán seguir mordiendo.
2 comentarios:
La Justicia da asco.La Economía da asco.La Religión,como siempre,da asco.La Política da asco.¿Qué nos queda?
Sangre y fuego contra los putos fascistas.
RATM.
Hay otros fascistas, vestidos, y disfrazados de izquierdas, a los que, tontos como nosotros, nos creemos.
Todo es dinero. Siempre. Y necesitan cabezas huecas que se vuelquen con programas en los que ni ellos mismos creen, para mantener sus ansias de poder y bonanza económica.
Y seguimos riéndoles las gracias. A unos, y a otros.
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