Lejos quedan ya los años donde el Madrid cañí y provinciano miraba con envidia los aires vanguardistas de una Bercelona que paseaba modernidad y transgresión por Europa. Lejos quedan los días oscuros donde intelectuales de todo el país viajaban a Barcelona en busca de una ciudad colorida que parecía ir siempre por delante del resto. Pero los aires de cambio empezaron a brotar en la vieja capital y en pocos años Madrid, se afanó en limpiarse la cara hasta transformarse en una de las ciudades más activas del continente. Aunque la lógica dice que el ascenso de A no conlleva necesariamente el descenso de B, ahora las provincias se han mudado a Bercelona y a su cara, antes brillante y estilizada, le han empezado a salir arrugas.
Como la vieja gruñona que protesta por el pañal mojado, ha sido el Constitucional mearse en el Estatut y darse cuenta la señora del maltratao a los toros, unos trotes que a su edad, salvo que se llamen correbous y con acento catalán, ya no son aconsejables. Como la vieja que no recuerda su juventud, se olvida el Parlament de Cataluña que las corridas de toros son una tradición ancestral que no entiende de regiones ni naciones, y el arte en el albero lo ha sido siempre aquí i també allá. Los movimientos nacionalistas e independentistas, tan lícitos como antaño lo era la tauromaquia, ya tienen réplica para el batacazo estatutario y anque como dijo Puigcercós, "Cataluña es hoy una sociedad mejor", la buena tierra prometida de los que quieren ser parte y no todo, ya tiene a sus propios exiliados desfilando por la frontera. Un paso importante para cualquier nación.
Como la vieja gruñona que protesta por el pañal mojado, ha sido el Constitucional mearse en el Estatut y darse cuenta la señora del maltratao a los toros, unos trotes que a su edad, salvo que se llamen correbous y con acento catalán, ya no son aconsejables. Como la vieja que no recuerda su juventud, se olvida el Parlament de Cataluña que las corridas de toros son una tradición ancestral que no entiende de regiones ni naciones, y el arte en el albero lo ha sido siempre aquí i també allá. Los movimientos nacionalistas e independentistas, tan lícitos como antaño lo era la tauromaquia, ya tienen réplica para el batacazo estatutario y anque como dijo Puigcercós, "Cataluña es hoy una sociedad mejor", la buena tierra prometida de los que quieren ser parte y no todo, ya tiene a sus propios exiliados desfilando por la frontera. Un paso importante para cualquier nación.