08 marzo 2010

El ex marido de Katherine Bigelow



Hay efemérides que un día, por innecesarias, nos parecerán tan estúpidas como el hecho de celebrar lo que en un futuro será simple rutina. Pero hoy, el Día Internacional de la Mujer Trabajadora continua siendo un recordatorio necesario para una sociedad donde todavía muchos hombres se creen con la potestad casi exclusiva de llevar pantalones. Hoy es el día para congratularnos por el avance social más importante del siglo XX, pero después del brindis hay que seguir peleando por la equidad total de derechos entre hombres y mujeres, un horizonte cada vez más palpable pero aún lejano.
La realidad de los centros de enseñanza no se ve reflejada después en el mercado laboral. Por primera vez en nuestra historia las mujeres son mayoría en la universidad, pero su presencia en los centros de poder sigue siendo ínfima. Tan sólo el 15% de los cargos directivos en grandes empresas llevan falda y aunque en los puestos de menor rango existe la paridad, ellas siguen cobrando un 20% menos por el mismo trabajo que ellos. Para revertir esta situación es imprescindible la puesta en marcha de políticas efectivas en la materia, o lo que es lo mismo, lo diametralmente opuesto a la situación actual. Los gestos son necesarios, entre otras cosas porque en un país con más de 23 millones de mujeres seguro hay más de nueve preparadas para ser Minstras, pero este es un Gobierno que se pierde en la fachada rosa y deslumbrante de un Ministerio de Igualdad más hembrista que feminista. Los ciudadanos y ciudadanas, los miembros y las miembras y los os/as son simples políticas de parbulario tan gilipollas como las actitudes machistas que dicen, pretenden revertir. La lucha por la igualdad no puede, en ningún caso, justificar la discriminación, ni siquiera hacia la figura tradicionalmente discriminadora, porque Isabel Coixet no necesita por sus tetas de un trato privilegiado para las subvenciones. Porque Isabel Coixet, Iciar Bollaín y el resto de millones de mujeres trabajadoras que hoy celebran su día pueden sobradamente alcanzar los objetivos hasta hace poco reservado a los hombres, sin la necesidad de la "ayuda" del machismo más asqueroso, ese que confunde la igualdad con la protección innecesaria del mal llamado sexo débil.

Anoche, la casualidad quiso que uno de los acontecimientos sociales más importantes del año coincidiera con este día, y una mujer derribó otra barrera. Han sido necesarias 82 ediciones, pero como siempre más vale tarde que nunca, ayer una mujer se convertía en la primera directora oscarizada de la historia y el creador de "Titanic" y "Avatar" pasó a ser, por una noche, el ex marido de Katherine Bigelow.

Felicidades mamá, felicidades Ana.
Foto: Times

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Felicidades a ti por este post.
Wesinder ;)