18 febrero 2010

Carnaval, libertad.

Aviso: post gaditano.

Los de más allá de Puerta Tierra seguro que han oído hablar de nuestro carnaval y su gran protagonista, el Concurso Oficial de Agrupaciones del Carnaval de Cádiz, o "eso de las chirigotas", como dicen ustedes. Durante cuatro semanas, las decenas de agrupaciones que participan en el concurso cantan sus verdades encima de las tablas del Gran Teatro Falla, o el templo de los ladrillos coloraos, como decimos nosotros. Verdades que duelen, porque el carnaval es (o era) crítica y la crítica tiene que doler. Hasta hace unos díás y desde que esta fiesta es libre, la norma popular sagrada conocida como "esto es carnaval", obligaba al criticado a tragar saliva y callar, pero como en estos tiempos lo popular importa un carajo, un grupo de policías locales han denunciado a una chirigota por "injurias y calumnias", en una letra y por, esto lo añado yo, los cojones de su placa. El supuesto delincuente J.M.S, alías "el Taca", vecino de Cádiz, Cádiz capital, cometió el delito cuando cantó un "fascista" muy cerca de un "polícia local" y al lado de un "mal educado". Y entonces Antonio Martínez Ares, el comentarista de prensa aka comparsista, dijo con guasa en Onda Cádiz; "y ahora que le pongan una multa". Tino Tovar se equicocaba. "Deja esa palco de prensa" ...y ¡hazte vidente Antonio!.
Como la libertad de unos no puede ser entendida sin la libertad de otros, el mismo derecho que permite al Taca cantar verdades, permite al Sindicato de la Policía Local de Cádiz interrumpir la práctica habitual de rascarse el cayetano y presentar una denuncia para costearse la próxima cena de navidad. Un "ingreso extra", en jerga policial. Ya le ha debido quedar claro al Aragón porque en Cádiz "la droga es tan barata".

El cuerpo del delito:

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