08 junio 2009

La exclusiva de ELPAÍS



Poco o nada le importará a ELPAÍS haber infringido la ley publicando las imágenes de Silvio Berlusconi disfrutando de la vida en una de sus muchas residencias de lujo. Llevan 3 días regodeándose de la hazaña y su eco en la prensa internacional y hasta han sobreimpresionado el nombre del períodico en las fotos, para aquellos olvidadizos de citar la fuente de origen. Sucede que cuando decidieron colocar el letrero, las imágenes ya llevaban casi un día colgadas en la web y por ende en centenares de periódicos digitales y millones de blogs en todo el mundo, que se han librado de tan hábil estrategia. Pecata minuta al lado de las posibles consecuencias que puede acarrear la denuncia presentada por Berlusconi por una "violación grave de su intimidad" pero más pecata minuta aún que los inmensos beneficios que ELPAÍS ha obtenido con la publicación de su exclusiva más internacional y el repudio público de uno de los mandatarios más odiados del planeta, con la cantidad de adhesiones que eso conlleva.

Las respuesta editorial, seguro bien planificada días antes de la publicación, alude al interés meramente informativo de la noticia, con el objetivo de "demostrar el derroche que hace Berlusconi de los recursos públicos" en referencia a la polémica suscitada en Italia por los viajes de las amiguitas del Presidente, suspuestamente costeados por el contribuyente y que Il Cavaliere "legalizó" días después a golpe de decreto. Sin embargo, sólo una de las seis fotografias publicadas, donde se ve a las susodichas haciendo uso de los medios de transporte, responde al supuesto fin último del periódico, el resto es carnaza sensacionalista muy rentable. Dos chicas semidesnudas tomando el sol en la piscina no aportan nada al objetivo final. Berlusconi paseando con su harén particular, tampoco y aún menos si cabe la hizada de bandera del ex-presidente checo, que pasaba por allí y aunque seguro bien follado, ha terminado escaldado.
Por mucho que Berlusconi, su mujer y sus bellinas se hayan empleado en hacer público lo estrictamente privado, la intimidad dentro de un domicilio es una derecho inviolable, sin ningún fin informativo y fuera de cualquier competencia propia de la prensa. Al menos de la buena prensa a la que ELPAÍS presume de pertenecer.

Puede parecer paradójico que la moral cristiana de Berlusconi, que no concibe el aborto ni el matrimonio homosexual, considere como libre de pecado bacanales con azafatas televisivas y dignatarios extranjeros pero si tanto se empeñan algunos en denunciar el intento de la derecha europea de imponer la moral católica, no deberían ser los denunciantes los que andaran haciendo lo mismo, por mucho que el denunciado sea de los que imponen.
Así las cosas, la supuesta intención última de ELPAÍS, ha degenerado en un rosáceo esperpento mediático cuyo mayor objetivo ha sido descubrir al dueño del famoso pene en erección que resultó ser el ilustre aquél.
Ahora, con el respaldo electoral a Berlusconi, la noticia se perderá en el olvido mientras que las bellinas seguirán volando en clase presidencial.

1 comentarios:

Paco Piniella dijo...

Pero es penoso que los italianos voten a este hombre. Penoso.