29 marzo 2009

La mujer (con barba) embarazada



Seguimos chupando lo mejor de cada casa. Una nueva forma de hacerse millonario llega a España como casi siempre a través de EE.UU. Hace tan sólo unos meses, el primer hombre transexual embarazado del mundo daba a luz a una niña en Oregón. Sin pechos, rasgos y voz masculina e incluso con barba, pero también con ovarios. Una gestación, un nacimiento y un postparto muy rentable, retransmitio casi a diario con entrevistas millonarios en medios de comunicación de todo el mundo. Desde la mismísima Oprah Wnfrey a Jaime Cantizano, salvando las distancias, han paseado por los platós su felicidad paternal y también su dolor, porque siempre una lágrima vende y más si el que la derrama es víctima de la supuesta incomprensión social. Ahora que el grifo se ha cerrado para estos pioneros, perdidos entre la vorágine mediática, unos españoles recogen el testigo de la desfachatez, desgraciadamente con todo el éxito esperado. En pocas semanas han sido protagonistas en las dos caras de la prensa; la rosa, carroña, siempre carroñera y la seria, no siempre seria y a veces carroñera. Esperanza y Rubén, AKA Estefanía (en la foto), tienen muy bien aprendida la lección y es que para ser caradura en este país sobran ejemplos en los que fijarse. Saben que en un tema como este, el negocio es inherente al respeto. En Antena 3, previo pago por supuesto, tiran de sentimentalismos y lágrima fáci y en ELPAIS, cabecera respetada, se ponen serios para defender que lo suyo más que un circo de payasos es un deso maternal, eso sí, de padre. El problema es que el padre-madre es un auténtico payaso, que por la mañana se pinta la cara de hombre, renegando de su feminidad y por la tarde se viste de mujer, para provocar risas piadosas en unos y carcajadas con sorna en otros. Como los payasos, que además también cobran.

Nada tendría que decir si este invento solo perjudicara a los payasos implicados, muy libres de vender al peso mediático hasta la madre que los parió, pero la realidad es que con la frivolización del tema, se perjudica a todo un colectivo que sigue luchando por la comprensión de una sociedad que les etiqueta de bichos raros, cuando no de enfermos y que encuentra en extravagancias como estas una razón de peso para seguir ladrando. La disfunción de la identidad sexual es una tortura que no entiende de fármacos, no una elección azarosa que el martes te despierta hombre y el miercoles mujer. Las hombres que viven presos en un cuerpo de mujer, llevan consigo la tortura de vivir en sus carnes todo el esplendor de una feminidad que rechazan frontalmente en todos sus sentidos. Al igual que con la ayuda de unos vendajes oprimen sus senos para disimular lo más evidente de su condición física de mujer, es incomprensible que algunos acepten de buena gana, incluso como una experiencia maravillosa, la manifestación de su feminidad en su grado más relevante y exclusivo al género, la maternidad. El hombre, por condición natural no experimenta jamás el instinto maternal, por lo que el caso de Estefanía (y no Rubén, porque los hombres no pueden quedarse embarazados) es otro peldaño más que el ser humano desciende sin inmutarse en la escalera de la dignidad. Y pocos peldaños quedan ya.

Foto: elmundo.es

1 comentarios:

octubre-rojo dijo...

Sinceramente depues de leer tu post solo puedo decir chapo, y brindarte un fuerte aplauso desde mi casa aunque no lo oigas.

Hace mucho camarada que nos intentan vender cualquier cosa, y cuando uno se pone en contra alguien lo tacha de reaccionario, pues parece que cualquier mostruosidad se puede amparar bajo el manto del circo del mal llamado progresismo.
Sinceramente como comunista que soy me opongo a cualquiera de estas muestra de mostruo de feria, hombres teniendo hijos, el colmo de la contra natura, el ultimo engendro de una sociedad herida de muerte por los valores capitalistas, donde cualquier cosa vale......y cualquier barbaridad resulta defendible si los medios de comunicacion le dan su beneplacito.

Basta ya de demagogia!
Basta ya de estupidez!
Basta ya de una sociedad carente de valores!